No he podido resistirme a empezar este post parafraseando el tan conocido lema francés “Le roi est mort, vive le roi!”, pero ubicado en la piel de nuestra querida publicidad de toda la vida, esa que ahora se llama offline.
En el caso que nos contempla, los gurús (o aprendices de gurú) vaticinaron la muerte de la publicidad convencional – aquella de los spots de TV, de los envíos de marketing directo, de los folletos o de los anuncios en prensa o exterior -, con la entrada de las nuevas tecnologías y del mundo digital. Cierto que, en un principio, y como casi siempre cuando algo es novedad, toda la sociedad se apuntó a lo digital y todo aquello que sonara al mundo online o tecnológico era bueno, era el futuro, y el resto pasaba a formar parte de un mundo pasado y obsoleto que ya no iba a volver.
Los nuevos profetas aparecieron para traernos al mesías digital, renegando de la publicidad de siempre. Llegó el diluvio digital e hizo que el mundo de la comunicación y de la publicidad se tambalearan como nunca antes había ocurrido. Los espectadores, convertidos en usuarios y comentaristas del mundo global, se liberaron de sus ataduras y pudieron expresar sus opiniones sobre aquello que veían y oían. Esto encendió todas las alarmas de marcas y empresas, empezando una carrera desaforada por ser el más moderno, el más tecnológico y el más próximo al usuario para lograr su bendición y, asimismo, su reconocimiento de la marca y la compra de sus productos o servicios.
Dicho esto, quiero dejar bien claro que todo lo acontecido no ha sido negativo, ¡¡ni muchísimo menos!! La era digital ha llegado para quedarse definitivamente. La misma ha causado estragos en todas las empresas dedicadas a la publicidad y la comunicación. Ha obligado a las agencias a una reconversión de sus fundamentos muy profunda, en la que todavía hoy estamos inmersos, cambiándola por completo y generando que sus profesionales estén mucho mejor preparados y en constante formación redundando en beneficio de marcas y empresas.
«La publicité est morte, vive la publicité!»
Joan Sans – Co-Founder & CEO en Singular Agency
A pesar de ello, el diluvio parece que va cesando y las aguas van volviendo a su cauce. Palabras como Adwords, SEO, SEM, e-commerce, web, server, e-mailing, red social… son ya fijas en nuestro vocabulario, pero también lo siguen siendo vídeo, spot de TV, anuncio, cuña de radio, folleto, catálogo o stand ferial. Las empresas han visto que no solo de lo digital vive el hombre y que al igual que los discos de vinilo, los pantalones de cuero, las Converse o los libros impresos, tardarán mucho en desaparecer y todavía nos darán muy buenos momentos.
Vaticinar la muerte de algo de forma tan rotunda es una arma de doble filo, porque si se cumple puedes ser encumbrado a los altares de la fama, pero si no se hace efectivo la pérdida de credibilidad es absoluta. Posiblemente por eso las agencias que han sabido volcar sus esfuerzos en asumir lo digital y complementarlo con la experiencia anterior, han salido mucho más fortalecidas que aquellas que se quedaron ancladas en el pasado o aquellas que solo se han centrado en el mundo online.
Pienso, con total sinceridad, que en estos comienzos del 2017, el mundo publicitario va confluyendo en una sinergia inmejorable entre los mundos online-offline que, a buen seguro, será idónea tanto para los profesionales de la comunicación como para los anunciantes.
En 1979 la banda británica “The Buggles” anunciaba en su tema “Video Killed the Radio Star” la muerte de la radio, a favor de la televisión. 38 años después no solo sigue la radio plenamente vigente, sino que tiene mejor imagen y genera más confianza que la TV, subiendo en audiencia año tras año mientras la caja tonta la va perdiendo. Disfrutad de este videoclip que inauguró MTV, porque vale la pena oír la canción.
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